Varios detalles reveladores indican que la colocación de un cinemómetro móvil (radar) no tiene como objetivo reducir la cantidad de accidentes, ni ordenar el tránsito, ni mejorar nada, sino que persigue un fin meramente recaudatorio sin aportar solución alguna.
En ese sentido, cabe mencionar información aportada por Vialidad Nacional, un organismo que, entre otras cosas, cuenta con abundantes estadÃsticas sobre todo lo que tiene que ver con el tránsito. Y en relación con los "radares ocultos" expresa que "cotejado el incremento del uso de radares ocultos, éstos últimos no han mejorado la disminución de los niveles de accidentes, sino por el contrario, en iguales perÃodos se han incrementado las vÃctimas fatales y las otras".
"No cabe duda de que el Estado, en sus diferentes niveles, es el que debe encauzar las conductas de los automovilistas. Y en materia de educación se encuentra demostrado que no es la repetición, ni los premios y castigos, lo que permite su eficaz objetivo", añade el texto publicado en la web de Vialidad Nacional (fácilmente entendible pese a los horrores de redacción).
Vialidad Nacional considera que las "vÃctimas" acusadas por infracciones detectadas por radares, "luego de ser bombardeados con notificaciones que a medida que se reiteraban crecÃan en monto en proporción geométrica, se veÃan expuestos a procesos administrativos y judiciales y terminaban pagando o adhiriendo a planes de cuotas cuyo objetivo es la recaudación".
Concluye el informe, con toda lógica, que la enseñanza que los conductores reciben gracias al funcionamiento de estos sistemas, "los coloca muy lejos de internalizar en sus mentes la conciencia de infractores, sin perjuicio de que las velocidades son medidas con aparatos que sólo los que lo usan saben qué valor tienen sus mediciones; están ubicados en forma oculta; con notificaciones que no son fehacientes y originan la rebeldÃa de los presuntos infractores en los procesos contravencionales; que surgen de colocación de carteles de máxima impuestos por jurisdicciones locales que ni siquiera ajustan su conducta a sus propias normativas".
CONCLUSION LAPIDARIA Y DETALLES LOCALES
"Dichos ciudadanos consideran que son sometidos injustamente y juzgados sin ser escuchados. Eso no educa", es la lapidaria conclusión de Vialidad Nacional sobre el uso de radares.
A nivel local la situación es peor todavÃa, y más clara aún la intención puramente recaudatoria y no preventiva de quienes implementaron el sistema en la 188. En primer término, porque no existen en todo el tramo vigilado, que es a partir de la curva de bajada del puente hasta el acceso por avenida Bicentenario, ni un solo cartel que indique cuál es la velocidad máxima permitida. Por ende, cualquier sanción que pudiera imponerse estarÃa basada en consideraciones arbitrarias.
Y otro detalle revelador, y muy importante, es la ausencia de señales que indiquen la existencia del control con radares. No hace falta explicar nada para advertir que si lo que realmente se buscara es lograr que el tránsito circule a baja velocidad, abundarÃan los carteles previniendo a los conductores sobre la presencia de los controles, para instarlos a transitar lentamente. Carteles que cualquiera que haya viajado conoce perfectamente: los que rezan "Velocidad controlada por radar". Eso, hasta cierto punto, podrÃa considerarse preventivo y no recaudatorio.
Pero no. Ni existen carteles indicadores de velocidad máxima permitida, ni indicaciones de que la zona está controlada con radares. El resultado es obvio: Nadie reducirá la velocidad, porque no se conoce la existencia del puesto de control y ni siquiera está establecido cuál es la velocidad máxima; y según sea el antojo de las autoridades, en complicidad con la empresa que controla (con la que se comparte la recaudación), muchos conductores recibirán intimaciones para pagar multas por presuntas infracciones. Los riesgos, bien, gracias.
Se trata, sin dudas, de un verdadero "cazabobos" que, según está estudiado, logra que un cierto porcentaje de "cazados" termine pagando. Aunque la propia Vialidad Nacional, a través de su web, proporcione los formularios adecuados para realizar los reclamos en caso de resultar vÃctima de tales "cazadores".