La controversia sobre un presunto intento de secuestro de un niño, que algunas personas y un medio sensacionalista sostienen mientras las fuentes oficiales lo niegan, inevitablemente plantea una pregunta: ¿qué es lo que en realidad está ocurriendo? ¿Y cómo actuar ante esa situación?
El hecho del secuestro en sà parece descartado. El medio que publicó la noticia dijo en su momento que "la PolicÃa habrÃa frustrado un intento...", mientras la propia PolicÃa asegura que no participó en ningún suceso de estas caracterÃsticas; una negativa no podrÃa haber expresado si el hecho fuera verdad, ocurrido a la vista de todo el mundo.
Otro aspecto a tener en cuenta es la mitologÃa urbana, y la "Traffic blanca" como uno de sus personajes. Ese vehÃculo misterioso, con vidrios polarizados que impiden ver a los monstruos que lo conducen, y que a bordo deberÃa tener un quirófano para extraer órganos a los niños secuestrados, equipamiento para conservar en buen estado tales órganos, compartimientos para encerrar a las jovencitas que serán entregadas a las redes de trata de personas, etc. etc.
La verdad es que la Traffic es un mito. Ahora bien: ¿también lo son los autos que -afirman- habrÃan intentado apoderarse del niño en barrio Bicentenario? ¿O hay alguna otra cosa detrás? Un tercer aspecto a tener en cuenta es el aprovechamiento que alguien podrÃa hacer de la mitologÃa urbana para fines perversos.
Vayamos entonces a la polÃtica. El medio que publicó la "noticia" es muy conocido en la ciudad. Nació hacia principios de este siglo, inicialmente construido por gente entendida en los asuntos de la informática, luego administrado por personas interesadas en la información... pero poco después pasó a las manos que actualmente lo manejan, cuyos fines no son periodÃsticos sino polÃticos, y cuyo accionar está guiado por el interés, no por la ética. La polÃtica sucia empezó a meter las patas...
Quien se haya tomado el trabajo de observar, habrá advertido que ese medio funcionó ininterrumpidamente desde los primeros años del siglo hasta fines de 2011; luego estuvo prácticamente inactivo hasta terminado el 2015 (incluyendo a los "lectores" que enviaban sus ácidos y agresivos comentarios), y a principios del año pasado retomó su actividad simultáneamente con los "enviadores de mensajes", que regresaron al ruedo tras cuatro años de "vacaciones".
LA EXPLICACION PODRIA SER MUY SENCILLA
La polÃtica sucia tiene su manual. Cuando está en el poder, somos todos hermanos; cuando es oposición, los funcionarios de turno son delincuentes comunes que usan trajes caros y carteras costosas adquiridos con nuestros impuestos. Y asÃ, a través de medios adictos, promueve la alegrÃa general o el malhumor social, según le convenga.
Pero hay otra cuestión, central y estremecedora: ¿Es puramente mediático el manejo del humor social? ¿O también podrÃan existir otros métodos, reales, fuera de las pantallas? La respuesta es sencilla: cualquier tipo de acción, por deleznable e inmoral que sea, si resulta polÃticamente útil, entonces será utilizada por la polÃtica sucia.
La llegada de vehÃculos extraños para promover el terror no es algo nuevo en nuestra ciudad. Como ejemplo que este columnista recuerda vale consignar que hace doce, o quince años, hubo periodistas amenazados en Rojas, y en esa oportunidad llegaron autos repletos de gente con cara sospechosa que los seguÃan, sobre todo de noche, en clara maniobra de intimidación.
El hecho fue oportunamente denunciado ante las autoridades correspondientes, mientras al interior de ciertos sectores polÃticos de dudosa moralidad se comentaba jocosamente que los "pesados" enviados para atemorizar eran en realidad muchachones incapaces de matar una mosca.
La campaña mediática de promoción del malhumor social es hoy evidente, no hace falta aclarar absolutamente nada. Y que tal campaña sea "complementada" con otros mecanismos para aterrorizar, angustiar o indignar a la población es algo altamente probable.
Por eso, antes que pensar en cuestiones sobrenaturales, o caer en la explicación mitológica de la "Traffic blanca" y sus variantes, serÃa preferible mantener el espÃritu sereno y los ojos abiertos.
Una muy eficaz campaña de prevención del SIDA decÃa hace algunos años: "No tenga miedo; tenga cuidado." La frase resulta adecuada también cuando se trata de defenderse de cierta polÃtica tan dañina como el HIV.
Por eso es tan necesario que todos nos mantengamos hoy con el espÃritu tranquilo y los ojos bien abiertos. Es perfectamente posible que lleguen autos extraños, gente desconocida, y que hagan todo tipo de cosas para provocar el miedo y la angustia de los vecinos. Ante ello, mejor que asustarse es denunciarlos de inmediato, sacarles fotos, filmarlos, llamar a otros para que los vean, ponerlos en evidencia de las mil maneras posibles que existen hoy.
Quizás, si algunos de tales intérpretes de la polÃtica sucia fueran desenmascarados y convenientemente castigados, el aire que respiramos serÃa un poco más puro y fresco.